En este sentido, conceptos como el uso y la ocupación del suelo, el consumo de energías no renovables, la emisión de gases de efecto invernadero, la generación indiscriminada de residuos, el consumo de agua, etc, tienen que ser replanteados y enfocados de una manera nueva en las promociones de viviendas.

Será más sostenible una promoción densa que una dispersa, un rascacielos que una hilera de adosados. Una situada en lugar céntrico, con servicios públicos bien dotados, que una vivienda aislada en una urbanización cuyos habitantes necesiten siempre la utilización del vehículo privado.

Por ello, para plantear nuestras promociones, no solo analizamos la eficiencia energética mejorada de nuestros edificios, sino que nuestro estudio comienza con la localización, para terminar con un diseño arquitectónico que mas allá de la calidad formal de los edificios o su alta calidad constructiva, genera posibilidad de relación entre los habitantes de los mismos, creando espacios comunes de disfrute colectivo.